Votar o no votar, he ahi la cuestion...

Jornadas de Reflexión



No me importa confesar que nunca me ha interesado la política.

Mi abuelo materno era Franquista. Las discusiones en la mesa a la hora de comer, eran el sonido habitual los domingos compartidos; y no porque mis padres fueran del bando contrario, sino porque mi abuelo era el típico sargento que sólo sabía dar ordenes y protestar por todo. Es más, mi tía, su hija mayor, era tan derechista como él y nadie le daba réplica...

A mi abuelo paterno, le tocó luchar en el bando de los perdedores. No recuerdo oírle hablar de política, aunque siempre estaba contando batallitas de la guerra civil.

Mis padres... ni siquiera sé qué pensaban; salvo en las primeras elecciones de la democracia, que simpatizaban con Suarez por haberlo encontrado en misa en nuestro lugar de vacaciones.


Ante este panorama, no me extraña que aprendiera cuál era el partido de derechas y cuál el de izquierdas con casi 25 años.

A partir de los 30, y gracias a mi marido, empecé a interesarme por ese mundo que me parecía tan soporífero. Él me explicó las diferencias entre ideologías y reconozco que, por sorpresa, el tema empezó a interesarme. Tanto que empezé a escuchar a los políticos en las noticias e, incluso, a ver algún “Debate de la Nación”.

Fue entonces cuando me di cuenta de la verdad: la ideología YA NO EXISTE en la clase política. Ahora sólo hay una cosa que mueve las altas esferas: EL PODER.

Derechas o izquierdas, ninguno tiene problema en ceder su filosofía al mejor postor. En mi modesta opinión, cuando uno debe resaltar los fallos del otro para mejorar su posición, es que tiene poco que ofrecer. Creo que todo está podrido allá arriba. Tengo la sensación que, la única preocupación de nuestros representantes es asegurar su puesto, no importa quién tenga que pagar por ello.

Nos bombardean constantemente con una vida de ensueño a la que, sin dudarlo, debemos aspirar todos. Pretenden convertirnos en borregos enganchados a un materialismo que únicamente favorece a unos cuantos privilegiados. Nos venden casas más grandes, coches más potentes, mejores electrodomésticos y experiencias únicas de ocio, que no dudan en arrebatarnos permitiendo a una multinacional despedir a gran parte de su plantilla, aun cuando no ha tenido pérdidas y a pesar del momento económico actual; o cuando la crisis económica obliga a cerrar a una cadena comercial que añadirá miles parados a las, de por sí, largas listas actuales.


Y cuando estás arruinado y has perdido tu casa, llega el señor Gallardón y decide que debes, sí o sí, dormir en el albergue que él decide (aunque dicho albergue no disponga de los recursos suficientes, o tu prefieras dormir al raso), porqué no queda bonito que haya mendigos en las calles de una ciudad tan cosmopolita... Eso sí, al señor Aznar, “... nadie tiene porque decirle cuántas copas de vino debe o no debe tomar...”.

Pero para eso está el señor Zapatero, que retira las tropas de Irak y las envía a Libia, haciéndonos creer que van defender los derechos del pueblo sometido, cuándo la realidad es que están defendiendo sus intereses petrolíferos. Por supuesto que nuestro actual presidente no es el único responsable; ¿dónde estaban las naciones unidas cuando el genocidio de Ruanda? Y ¿qué pasó mientras China masacraba tibetanos? por ejemplo. Claro, que allí no había petróleo.... (por poner 2 ejemplos: el primero por su actualidad, y el segundo, por petición de nuestros lectores en el criticón del mes pasado. En cualquier caso, como éstos, hay miles que, entre todos podemos ennumerar, si tenéis ganas...).

En breve hay elecciones. A mí, en lugar de ir a votar, me gustaría ir a protestar. No hay nadie que me convenza, y menos de las 2 fuerzas principales. Creo que el PePeSoe que nos gobierna desde hace décadas se merece una lección de humildad. Endiosados en sus escaños, se echan pestes unos a otros, repitiendo palabras eruditas en discursos vacíos de contenido.


Y ¿qué pasa con nosotros? ¿Vamos a seguir saltando de uno a otro eternamente? Distintos perros con el mismo collar... Al fin y al cabo, nosotros somos los electores y, además, somos MAYORIA ABSOLUTA.

Quizás sea el momento de darle la vuelta a la tortilla: dejar las ideologías a parte y pensar fríamente en nuestro futuro. Ahora, más que nunca, debemos prestar atención a todas las opciones posibles. Estudiar atentamente todas las propuestas y tomar una decisión inteligente que nos saque de este círculo vicioso donde estamos inmersos.

Y sí, quizás sea el momento de salir a la calle y hacernos escuchar. El gobierno debería adaptarse a nuestras necesidades y no al contrario. Nosotros somos quienes les contratamos y quienes decidimos despedirlos. Nosotros les pagamos el sueldo cada mes. ¡YA ES HORA DE QUE NOS ESCUCHEN! (Islandia es un buen ejemplo...).

Quiero proponeros algo: No limitéis la jornada de reflexión a las 24 horas previas a las elecciones. Empezad ahora mismo. Pensad en vuestras necesidades, explorad todas las opciones posibles y decidid quién queréis que os represente. Hacedlo en conciencia pués solo tenemos 2 opciones: seguir como hasta ahora y que sea lo que Dios quiera, o cambiar las cosas de una vez y empezar a levantar la cabeza de este charco de petróleo y dinero corrompido en el que estamos luchando por respirar.

Sentíos libres de expresar vuestra opinión y ofrecernos vuestras propuestas electorales, seguro que, como yo, aún hay mucha gente por ahí que no lo tiene nada claro...



Si decides protestar y quieres tomar la calle...

Información electoral del Gobierno de España...



1 comentario:

  1. Lo que pasa es que aquí somos bastante borregos, desde luego comparados con los franceses o con los islandeses. Nos echamos poco a la calle para protestar por las cosas que realmente importan, como la propuesta del 15 de mayo a la que pienso asistir... Por poner otro ejemplo: aún no he visto una manifestación tan multitudinaria, como cuando los terroristas de ETA mataron a Miguel Angel Blanco (a la que asistí), por las mujeres víctimas de la violencia machista. Y así todo...

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